martes, 10 de septiembre de 2013

Queridos niños y niñas que alguna vez habéis hecho manuales,

Hoy me despido de vosotros con esta carta. A veces cuando te haces mayor, tienes que tomar decisiones que quizás para otras personas no son las correctas. Incluso un misma puede dudar si la decisión será la buena o no. Pero he decidido que este próximo curso ya no seré vuestra profesora. Quiero probar y hacer otras cosas en la vida. Y aunque ha sido una decisión importante y que me ha traído tiempo y mucha reflexión, puede parecer una idea osada porque dejo el trabajo y también dejo una escuela que quiero y en la que siempre he estado muy a gusto. Recordaréis que algunas veces planteaba una idea que podía parecer alocada pero después hemos comprobado que podía ser muy positiva. Es una forma alegre de hacer y ver las cosas como hacíamos en clase con los proyectos, no? Un amigo me dijo: si te arrepientes de algo que sea de algo que hayas hecho, no de algo que nunca te atreviste a hacer…

Así que sólo me queda dar las gracias por estos años que he podido disfrutar de vuestra compañía cuando veníais a “la clase mágica”. Agradecer a la escuela, a todo el profesorado, trabajadores y a vuestros padres y madres por su implicación en la actividad y por confiarme lo que más quieren, vosotros.

También os quiero dar las gracias por el montón de cosas que me habéis dado y enseñado. Vuestra creatividad, el silencio cuando os hablaba, las ganas de comunicarse entre vosotros y sobre todo la agradable convivencia en clase o el esfuerzo y la paciencia al hacer un proyecto. Y quiero disculparme por si alguna vez he sido injusta o bien no “tenía un buen día” y quizás no os he escuchado como tenía que hacerlo.


Por todo esto y mucho más he venido a la escuela cada día a trabajar con ganas y con entusiasmo porque de hecho, vosotros me lo contagiabais. Y me gusta creer que mis clases se han hecho con inocencia, errores, y sobre todo honestidad. Así que más que una despedida, os invito a que dibujéis y pintéis la vida siempre con alegría y sin miedo, os equivoquéis para poder avanzar, que no os dejéis convencer que hay sólo una manera de hacer las cosas, preguntéis, contéis chistes, guardéis secretos con vuestros amigos y miréis siempre el arte como una fuente de conocimiento y goce.

En este mundo donde nada es lo que parece, quizás yo no fui vuestra profesora de manuales sino una alumna más que le gusta el arte y ya no tiene edad para estar en primaria.

Gracias y hasta la vista!


Cristina
Amsterdam, 24 de agosto de 2013