
Como el asa de la taza nos hace de trompa, el trabajo más difícil es añadir correctamente las dos orejas de cartón. Pero con paciencia y ganas se consigue todo lo que uno se propone. Asi que en cuestión de dos o tres sesiones hemos convertido una taza inservible en un gracioso elefantote para decorar nuestro escritorio. ¡Fácil y original!


1 comentario:
great^^
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