


Un incendio de oro entre el verdor,
una explosión de sol que al cielo clama,
bóveda de perfume embriagador
que con su amarillencia nos inflama.
Al beso de la brisa y su temblor,
una lluvia de flores se derrama;
alfombrando la tierra en derredor
con estrellas nacidas de su trama.
Hermoso árbol de exótica belleza,
de femenina esencia saturado;
en ti todo es fulgor, delicadeza,
preludio de un invierno ya anunciado...
Mimosa que con luces se adereza
y deja al corazón embelesado.
© Carmen Aguirre
